Uno de los momentos más esperados de la excursión al desierto de Marruecos es el paseo con los dromedarios al atardecer. Ellos son quienes te llevan desde la carretera hasta el campamento Bereber cruzando el desierto durante una hora.
Antes de empezar estábamos todos esperando. Algunos aprovechaban para tomarse selfies y otros acariciaban a los dromedarios. Luego, uno a uno subimos al los lomos de los enormes animales y empezamos a movernos.
El paseo es muy tranquilo. Los bereberes llevan el primer dromedario y los demás van detrás unidos por una soga. Resultando así, varias filas de dromedarios y jinetes en medio del desierto.
Llegados a este punto, hay varias cosas que antes, durante y después del paseo rondaban mi cabeza, debatiéndome entre lo moral y vivir la experiencia. Esto es lo que a continuación quisiera dejar claro a todos los interesados en subirse a un dromedario o, incluso, un camello.
¿Es cómodo el paseo sobre los dromedarios?
No, el paseo sobre el lomo del dromedario no es cómodo en absoluto. Después de unos minutos de montar los dromedarios, ya no tenía claro cómo dejar las piernas para estar más cómoda. Cuando las levantaba horizontalmente se hacía más cómodo mantener la posición, pero después de un rato cansaba. En consecuencia, al día siguiente teníamos agujetas (como se le dice en España al dolor muscular) en la pelvis. Tanto así, que al día siguiente para el regreso ya no teníamos tantas ganas de volvernos a subir a ellos. Con todo y eso, no es algo que no se pueda aguantar… un rato.
¿Maltratan a los dromedarios?
Es importante saber que, a nivel mundial, las principales quejas sobre el cuidado que reciben los dromedarios y camellos son que no los alimentan o hidratan adecuadamente y les obligan a transportar personas en momentos que no lo desean.
De este punto, solo puedo hablar desde lo que vi. Desconozco cómo los tratan el resto del tiempo. Al mismo tiempo, no soy ninguna experta en tratos de animales, por lo que no sé hasta que punto ciertas prácticas pueden hacer daño o estén entre lo normal.
Para empezar, la soga que usan para unir a un dromedario con otro y guiarlos, está amarrada directamente de la mandíbula. Imagino que el roce puede hacerles daño en los dientes y encía o hasta en la piel.
Al llegar al campamento, los dromedarios se echan en el suelo y en ese momento les amarran una de las patas. Es decir, se pueden levantar, pero como una de las patas delanteras está aún doblada (porque está amarrada) no pueden caminar. Entiendo que es una forma de que no escapen en la noche, pero quizás se podrían dejar en un corral… ¿no?
Un punto a favor de los dromedarios que habían en el tour, es que no los trataban como en otros países. Es decir, no tenían bozales, ni siquiera les tapaban la boca, no les pegaban para dominarlos, no estaban atados por las fosas nasales, no estaban marcados a fuego o perforados en la oreja para identificarlos con una chapa. En resumen, no vi que los maltrataran cruelmente solo por atraer turistas. De haber sido así, estarían escupiendo o quejándose como mínimo.
Si quieres más detalles sobre maltrato de camellos o dromedarios, te recomiendo que entres en este enlace sobre turismo responsable respecto a camellos.
Mi opinión personal
Es verdad que uno ve todas esas fotos bonitas de los dromedarios o camellos en el desierto y quiere vivir esa experiencia. En verdad es una gran sensación pasear en el desierto sobre un dromedario, te sientes como en otra época.
Al mismo tiempo, teniendo en cuenta que ha sido un medio de transporte en el desierto durante muchos años, pienso que mientras no sean maltratados no me parece tan perjudicial. No obstante, no lo volvería a hacer por todas las cosas mencionadas anteriormente. Muchísimo menos creo que deberíamos plantearnos seguir apoyando ese turismo si vemos que los animales son tratados cruelmente o no están bien cuidados. Además, pienso que también se podrían crear otras alternativas.
Por ejemplo, otra alternativa sería ir hasta el campamento Bereber en vehículos 4×4. Seguro que sería divertido, mucho más cómodo y mejor para todo el mundo. Lamentablemente, aunque hay actividades para disfrutar con los quads en el desierto, no encontré tours que pudieses desplazarte con ellos hasta el campamento.
De cualquier modo, me deja más tranquila el hecho de que los dromedarios que vi se veían en buenas condiciones, sanos y tranquilos.