Berna es una ciudad que ha sabido conservar su arquitectura medieval. Es por eso que forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Bern o Berna en español, es la capital de Suiza. Una ciudad dentro de las 10 mejores del mundo para vivir y cuyo país es el cuarto más rico del mundo.
Mientras viajaba en el tren desde Viena a Berna, no pude evitar reparar en lo hermoso que es el paisaje de Suiza. Al llegar a la capital lo confirmé. El río Aare cruza la ciudad con un agua color turquesa, que hace contraste con los tejados de terracota. De fondo, las altas montañas características de los Alpes suizos, repletas de árboles frondosos. Un país que merece la pena visitar sin duda alguna.
Además de ser una ciudad de funcionarios, congresos y universitaria -debido a la prestigiosa Universidad de Berna-, también se le conoce como «la ciudad de las fuentes». Este nombre viene por sus más de 100 fuentes esparcidas por toda la ciudad. Fueron construidas como suministro público de agua. Así que, si quieres ahorrar en este país tan caro, llévate una botella y llénala de agua en las fuentes. Así te evitas comprar botellas de plástico y ahorras unas cuantas moneditas.
Berna tiene una Ciudad Vieja pequeña que se ha mantenido igual desde que se construyó. En ella se concentran prácticamente todos los monumentos y atracciones turísticas, por lo que podrás conocerlos todos en un día.
Palacio Federal de Suiza
El palacio Federal de Suiza es la sede del gobierno y de la Asamblea Federal. El edificio cuenta con 96 despachos del gobierno federal, un par de salas para el Consejo Nacional y el Consejo de los Estados, así como la vivienda del canciller de la Confederación.
La imponente fachada, característica de la arquitectura del siglo XIX, está dominada desde lo alto por una escultura de Helvetia, símbolo de Suiza. A cada lado de esta escultura, hay un grifo (una criatura mitológica griega) que simboliza el coraje, la sabiduría y la fuerza.
La mejor parte la encontrarás si te diriges a la parte trasera del edificio. En este lado, hay un mirador hacia el sur de Berna, desde donde podrás contemplar el paisaje y sentarte a pasar el rato.
Catedral de Berna
La catedral de Berna es el edificio religioso más alto de la ciudad, con sus 100,6 metros de altura. Demoró más de 400 años en construirse, siendo culminada en 1893 al estilo gótico. Aunque debido a que la construcción de la torre se detuvo durante 60 años, el resto de ella se construyó con estilo neo-gótico.
El arquitecto que la diseñó, se inspiró en otras catedrales alemanas como la Catedral de Nuestra Señora de Friburgo. Y para financiar el proyecto, se recurrió a las familias ricas y los gremios de Berna.
Einsteinhaus
La antigua casa donde vivió Albert Einstein es ahora un museo que cuenta su historia a través de fotografías y documentos. Además, conserva la decoración de aquella época con sus viejos muebles y objetos.
El físico Albert Einstein, vivió aquí entre los años 1902 y 1909, conocidos como sus años maravillosos. Aquí fue donde redactó algunos de sus artículos y teorías fundamentales para la física moderna. Como por ejemplo, la conocida ecuación E=mc².
La entrada al museo de Einstein tiene un precio de 6 francos los adultos y 4,5 francos para estudiantes y jubilados. Por si acaso, también aceptan euros.
Zytgloggeturm
En español se podría traducir como torre del reloj o campanario de la hora. Se construyó entre 1192 y 1256 en los límites de la ciudad para su protección. Con el paso de los años la ciudad fue creciendo y ha quedado en el centro.
En la parte inferior hay un reloj astronómico, parecido al que hay en Praga, que data del siglo XVI. Justo arriba de él está el reloj que se mueve 4 minutos antes de la hora completa.
Kafigturm
La torre original se levantó en 1256 como puerta de la ciudad. Posteriormente, en 1640, fue necesario demolerla para reconstruirla nuevamente, ya que se encontraba en mal estado.
Tras un incendio en 1405, la prisión de mujeres que estaba en la primera torre, Zytgloggeturm, se trasladó a la Kafigturm. Al mismo tiempo, se utilizó como torre de vigilancia y de señales.
Hotel Schweizerhof Bern & THE SPA
El Hotel Schweizerhof se encuentra en el mismísimo centro de Berna y es conocido no solo por su lujo, sino también por la terraza que se encuentra en la azotea. En caso de que decidas no hospedarte aquí, puedes optar por comer en su restaurante y tener una vista panorámica de Berna.
Museo de Bellas Artes de Berna
En Berna hay varios museos que puedes visitar y el museo de Bellas Artes de Berna es uno de los más bonitos. Así que si tienes el tiempo, dedícale hora y media a su visita. Sus obras de arte abarcan desde la Edad Media hasta el arte contemporáneo, tanto de artistas suizos como otros internacionales. Algunos de los pintores más destacados son Pablo Picasso, Paul Klee, Ferdinand Hodler y Meret Oppenheim.
El precio de la entrada depende de las exhibiciones a las que quieras entrar. Si quieres conocerlas todas, son 24 francos para los adultos y 12 francos los estudiantes. Los menores de 16 años entran gratis.
Jardín botánico de Berna
El jardín botánico cuenta con más de dos hectáreas y siete invernaderos. Dentro de las cuales, hay unas 6000 especies diferentes de plantas. En el Alpinum encontrarás plantas de los Alpes suizos, los Alpes de Asia y de América del Norte.
Asimismo, hay una sección con plantas tropicales, de bosques de montaña y de semidesiertos cálidos y secos. Está abierto todos los días del año y, por si fuese poco, la entrada es gratuita.
Restaurante Kornhauskeller
De entre todos los restaurantes que puedan haber en Berna, el Kornhauskeller sin duda es uno de los más especiales. Anteriormente, era un granero donde además de granos, se guardaba vino. Hoy en día se ha restaurado y convertido en un restaurante precioso y digno de ver.
Nydeggbrücke
El puente Nydegg conecta el lado este con el oeste de Berna. Fue construido en 1840, paralelo al Untertorbrücke, el cual es el primer puente de la ciudad. Posee tres arcos, pasando tanto sobre el río Aare como sobre las casas en la orilla. El arco central fue el más ancho de Europa hasta 1890.
Algo que tienes que saber, es que en verano puedes bañarte en el río Aare. Eso sí, es importante fijarse dónde están las corrientes y dónde es seguro nadar. Lo mejor será que preguntes a los locales o te vayas a donde está nadando la gente.
Bärengraben
En español literalmente significa pozo de los osos. Y es que es exactamente eso, un pozo que alberga osos. Hay una leyenda que cuenta que el fundador de la ciudad, el duque Bertoldo V de Zähringen, salió de caza y decidió que le pondría el nombre a la ciudad del primer animal que cazara. Como ya nos imaginamos, el primer animal que cazó fue un oso
Sea cierto o no, desde 1220 que los osos son símbolo de Berna y el primer registro de que estuviesen en el pozo es de 1440.
Normalmente, no suelo mencionar los zoológicos de las ciudades, pero como este recinto está justo al lado del puente Nydegg, es bastante obvio y fácil de ver. Es gratis asomarse a ver a la mamá Björk y su hija Ursina, nacida en el 2009.
Rosengarten
Para finalizar el día, te recomiendo que visites el Rosengarten. La subida es algo empinada, pero el mirador vale totalmente la pena. Tienes una vista hacia Berna que es ideal para ver el atardecer.
Si buscas en el parque, hay un banco donde está la estatua de Albert Einstein sentado.
Excursiones desde Berna
Suiza es bastante caro, por lo que mi recomendación es que si quieres viajar a varias ciudades del país, utilices el pase de Interrail. De esta manera, podrás desplazarte en tren a todas las ciudades que quieras, pagando un monto fijo.
En mi caso, escogí la modalidad de 8 días de viaje en un mes. Por lo que esos 8 días podía viajar las veces que quisiera. Los demás días me quedaba en alguna ciudad conociéndola.
Todas las ciudades de Suiza son preciosas, así que cualquiera que escojas será perfecta. En mi viaje conseguí ir a Zúrich, Basilea, Ginebra y algunos pueblos en los Alpes suizos como Lauterbrunnen, Interlaken y Lucerna.
Estos trayectos están cubiertos por el pase Interrail, incluido algunos trenes panorámicos que son una bonita experiencia. Los únicos que tuve que pagar aparte fueron los que se desplazan a través de los Alpes.
¿Qué comer en Berna?
La comida típica de Suiza tiene un poco de la gastronomía alemana, francesa e italiana. Al mismo tiempo, tienen comidas muy características suizas como es el fondue de queso, el queso suizo y el chocolate suizo.
Si estás en Berna no puedes dejar de probar el Berner Platte. Consiste en una gran variedad de carnes condimentada con enebro, zanahorias agrias, habas verdes y patatas. Puedes acompañarlo con el pastel de especies de avellana llamado Haselnusslebkuchen. A pesar del nombre, casi no lleva especies. Así como tampoco está hecho con harina, ni agua. Simplemente, es una masa aromática de avellanas trituradas, azúcar y clara de huevo.
¿Dónde dormir en Berna?
Si quieres ahorrar dinero y quedarte en casa de locales, tienes la opción de utilizar Couchsurfing para encontrar alojamiento gratis.
Por el contrario, puedes buscar hospedaje en Booking o Aibnb. En ambos podrás comparar los diferentes precios, junto con las reseñas de los anteriores huéspedes y escoger el que mejor te convenga según la distancia y el precio.
Viaja seguro en todo momento
Todo viajero sabe que los viajes están llenos de imprevistos y cualquier cosa puede pasar. Por eso, te recomiendo que cuando viajes contrates un seguro de viaje en el que confíes y sepas que te cubrirá cualquier eventualidad a ti o a tus acompañantes.
Si no sabes cuál escoger y me preguntas a mi, te diría que utilices Iati Seguros. Este es el seguro por excelencia de los viajeros, recomendado por muchos por su buen servicio y el que utilizo yo misma. Tienen varias modalidades dependiendo del tipo de viaje que hagas, si es corto o largo, por varios países, si viajaes en familia o haces un viaje de mochilero, incluso para un viaje de estudios, entre otros.