Siguiendo con el Road Trip por Portugal, la última excursión fuera de la ciudad la dejamos para el viaje más largo de todos. 3h30min tardamos en llegar por la carretera, cosa que al regreso no se repitió y preferimos volver por la autopista (una hora menos de trayecto). Nuestra misión principal era ver la hermosa cueva de Benagil. Llegar fue muy fácil -siguiendo el GPS- y no tuvimos dificultad de aparcar en un estacionamiento gratuito cercano. Dimos un paseo por los acantilados y encontramos la dichosa cueva. El paisaje valió la pena totalmente y disfrutamos de una agradable caminata con 17ºC y mucho sol en pleno invierno.
¿Paseo en barco o kayak?
En todo el Algarve hay diferentes formas de recorrer la costa. Cada una para cada gusto. Por ejemplo, para visitar las cuevas de Benagil, puedes tomar un paseo en barco de hora y media, así como un paseo guiado en kayak de hora y media. Este último es mi favorito, ya que es la única forma en que te dejen bajarte a la playa donde está la cueva más conocida de Benagil. Si vas en barco, esto no es posible.
Aunque por supuesto, otra alternativa para llegar hasta esta cueva y poder admirarla desde tierra firme, es con un tour de paddle surf de dos horas y media. Sin embargo, te advierto de que esta opción es más cara.
Sea como sea, el paseo bordeando los acantilados es para dejarte sin palabras. El recorrido es bastante suave y con un sol que calienta como si ya fuese primavera, teniendo en cuenta que estábamos a finales de diciembre y pleno invierno.
Visitar la cueva de Benagil y alrededores
Para acabar, fuimos hasta la playa para probar lo fría que estaba el agua. Pensamos: ¿quizás está un poco más caliente porque no está tan expuesta al Atlántico? Mentira, estaba congelada. Yo, que vengo de Venezuela, al llegar a España el agua del Mediterráneo me pareció fresquita, aun así no me costó acostumbrarme.
Pero una vez llegué a Portugal y probé el agua -con los pies- en Caparica, Carcavelos y Lagos, instantáneamente me negué en rotundo a dar una zambullida. El agua en Portugal está tan fría, ¡que sientes como si te clavaran cuchillos!
Claro, si llevas un neopreno o si estás acostumbrado a aguas más frías, no tendrás inconvenientes. De hecho, puedes ver algunos disfrutando de su baño en cualquier momento del año. Otros, simplemente no lo conseguimos…
Descansamos un rato en una de las terrazas de la zona comiendo unos snacks y disfrutando el paisaje -mientras pasaba un barco pirata- hasta que decidimos que ya era la hora de buscar un sitio para comer.
La mayoría de los restaurantes estaban cerrados hasta primavera, por lo que no teníamos muchas opciones. Así que, ya entrada la tarde, fuimos hasta Portimão para comer algo antes de regresarnos a Lisboa.
Fuimos a lo seguro y entramos al primer centro comercial que hay al entrar en la ciudad. Unas horas más tarde y con el estómago lleno emprendimos viaje hacia la casa, terminando así el tercer día del Road Trip por Portugal.
En verdad, fue un viaje con pocas paradas debido a las distancias, aun así muy ameno. Por supuesto, si dispones de más tiempo es muy recomendable conocer toda la costa. Desde Faro y Lagos, hasta Portimão y Sagres. Es importante tener en cuenta que durante los meses de verano está lleno de turistas, a diferencia del invierno que, de repente, te queda Algarve prácticamente solo para tí y los locales 😉
¿Tienes planes de visitar Algarve pronto? ¡No lo pienses más y lánzate! Te va a enamorar.